Cuando hace unos días, leía la propuesta del Banco de España de contratar desempleados por debajo del S.M.I: pensé (imagino, que como la mayoría) que, el hecho de estar desempleado no es motivo para saltarnos uno de los derechos laborales más básicos. Aunque sea de forma excepcional, hemos de ser conscientes de una de las consecuencias positivas de que exista dicho suelo salarial: identificar cuando hablamos de explotación laboral.
Sin embargo, y lamentablemente, no hace falta que un organismo como el Banco de España proponga este tipo de medidas para que nos encontremos ofertas de trabajo, en las que las condiciones laborales rozan (por no decir, supuestamente, incumplen) la legalidad.
Y es aquí donde, mi experiencia vital entra en juego:
– Puesto vacante: Coordinador de Academia.
– Descripción de la oferta:
Las funciones a realizar serán las siguientes:
– Atención y recepción de clientes
– Recepción de llamadas
– Coordinación de clases
– Coordinación de profesores
– Selección de profesores
Requisitos mínimos:
– Formación en pedagogía, psicopedagogía o similar.
– Master de profesorado o CAP o experiencia en formación.
– Conocimientos ofimáticos a nivel usuario
– Residir en Alcobendas o próximo a Alcobendas
– Persona proactiva y con capacidad de trabajo en grupo
Requisitos deseables:
– Experiencia previa en un puesto similar e inglés.
Pues bien, la entrevista de trabajo para este puesto de trabajo “cualificado” transcurrió de una forma desestructurada, en la que, las preguntas elegidas no conseguían concluir si la persona entrevistada cumplía con el perfil del puesto, ni ahondaban en sus experiencias, sus funciones, responsabilidades. También faltaron preguntas que pudieran predecir cómo sería el desempeño del candidato en la empresa….
Pero claro, lo importante no era averiguar si la persona era la adecuada para el puesto, sino que acepte las siguientes condiciones:
– Dos semanas de formación (sin remunerar).
– Un mes de prácticas con un salario de 200 euros.
– Después, un contrato (sin especificar su modalidad) con un salario de 800 euros.
Por supuesto, las dos primeras condiciones se argumentaban en que la empresa tenía una metodología propia (que ellos mismos habían diseñado) y era necesario formar en la misma, a la persona que acceda a la organización. No voy a entrar en cuestionar dicha metodología, solamente, matizaré que no se trata de una metodología experimental ni innovadora.
Detallada esta información, mis preguntas fueron:
– Durante “el mes de prácticas”, ¿qué tipo de contrato tendría? En mi caso, no cumplo con los requisitos para formalizar un contrato en prácticas…..
– Su respuesta: Bueno….tendría que verse…
– Ya, pero para remunerar a un trabajador con 200 euros, y después de escuchar su exposición, solo se me ocurre una posibilidad: sin contrato.
– ……
– Lo siento mucho, les agradezco que me hayan llamado, pero sus condiciones no me interesan….
No obstante, además del abuso (por supuesto, desde mi punto de vista) que cometía la empresa en lo referente a las condiciones contractuales y salariales, creo que hay otro error destacable, que es el del planteamiento del proceso de selección:
– Si queremos contratar a una persona para formarla, no podemos reclutar a candidatos con un bagaje y experiencia profesional amplio, sobre todo, si escudándonos en la inversión en formación, vamos a retribuirle como si de un novel se tratara.
– A todo candidato (con experiencia o sin ella) debemos realizarle una entrevista coherente, que nos permita averiguar si la persona que tenemos delante es la persona idónea para el puesto, que nos permita deducir si se desenvolverá adecuadamente en el puesto de trabajo. Por ejemplo: Al candidato con experiencia, debemos preguntarle cómo ha resuelto problemas en sus anteriores trabajos y al candidato que no la tiene, cómo los resolvería.
Después de esta vivencia, quiero pensar que el problema ha estado en la mala planificación del proceso de selección y la incoherencia entre el puesto de trabajo y el perfil reclutado: si necesitas un martillo, tendrás que buscar un martillo.
No quiero quedarme con la sensación, de que debido a la situación económica actual, las empresas se aprovechan de la desesperación del desempleado por encontrar un trabajo…..Quiero ser optimista!!
Gracias por vuestros comentarios. Seguiremos por el camino del optimismo, aunque tenga demasiadas curvas 😉
Un comentario muy acertado, dando como siempre en el «clavo».
Sería genial, aunque sea de vez en cuando, ver que las cosas se hacen bien. Al menos, nos consolaremos con seguir mirando con optimismo.
El artículo es muy realista.
Sí, es indiscutible que en los tiempo que corren, muchas empresas se aprovechan de la situación actual para explotar a sus empleados, pero también es cierto que no todas las empresas funcionan así.
Por ello, hay que hacer una llamada al optimismo, ya que es lo único que nos queda.
Muy bueno el comentario, creo que tienes toda la razón del mundo.. sigue con ese optimismo!!..