En el post anterior os comentaba que, en un grupo o equipo de trabajo, cada persona cumple un rol, incluso de manera inconsciente. Identificar estos roles nos hace entender mejor la dinámica del grupo, aplicar acciones que permitan una mejor comunicación al comprender al otro y a nosotros mismos.
Bien, como el tiempo y el espacio es corto, paso enseguida a comentar los siguientes cuatro roles que Julia Cameron nos refiere en su libro El Camino del Artista en Acción:
El Cauteloso- Víctima: Suele ser muy observador, no llama la atención, pero siempre está alerta a lo que sucede. Julia lo llama el “cable a tierra de la creatividad de los demás”. El cauteloso se transforma en víctima cuando no tiene suficiente confianza en sí mismo, entonces no se siente escuchado y desaparece o puede cargar con la culpa de los errores del equipo, que puede llegar a responsabilizarlo completamente por no hablar cuando era necesario.
El Guerrero- Pendenciero: Es un arma de doble filo. Por un lado, el guerrero alienta, protege, inspira, propone y acciona en favor de las metas colectivas. Por otro, cuando se torna pendenciero, se preocupa por sí mimo y su éxito, amenaza y se aprovecha de los demás. Lo curioso es que ambas caras dificultan una comunicación sincera, ya que al guerrero se le admira demasiado, y al pendenciero se le teme tanto, que somos incapaces de hablar honestamente con uno u otro.
El Líder -Seductor: Parecido al anterior, el Líder es capaz de sostener con su carisma el trabajo grupal, alienta a conseguir objetivos y se pone al servicio de una causa común, sin embargo, adorar demasiado al líder desdibuja la visión y el valor del grupo. Puede entonces presentarse como Seductor (no hemos de olvidar al ego, tan sensible a los halagos) entonces trabajará para sí mismo, necesitará que todos estén conformes con él y hará lo necesario para que así sea. El seductor puede tener serios problemas si el grupo desplaza su energía hacia un territorio sexual.
El Cuidador- Controlador: Como cuidador es capaz de armonizar, nutrir y nutrirse, sanar emocionalmente al grupo. Una vez más, el riesgo es que decida trabajar en pro de su propio beneficio, con lo que se convertirá en un Controlado pasivo. Dejará de nutrir al grupo para sólo recibir y dejará de cuidar para compensar las debilidades de los demás.
¡Ahora tenéis un amplio abanico de roles que podéis encontrar en vuestros equipos de trabajo! Ahora, hacer el ejercicio de identificarlos
¡recuerda que lo mejor es empezar por ti mism@!