Es un hecho que las Competencias Emocionales han adquirido relevancia en la Protección para la Salud y el Bienestar Personal/Laboral, cuando hace unos años este era tema enterrado, pero, también desconocido.
Hoy día, su Evaluación, pasa a ser un factor determinante a conocer para determinar el nivel de: adaptación, aprendizaje, gestión de información, o productividad, que el trabajador tiene la habilidad de emplear de cara al contexto de transformación paradigmática al que nos enfrentamos.
Pero, ¿queréis comprender donde está su auténtica importancia desde la mirada pedagógica?… ¡dadme un segundo, y os lo explico!
En resumido vendría a recalcar que, “las emociones son reacciones naturales de nuestro cerebro ante lo ocurrido, y sus señales deben saber descifrarse para poder interpretar nuestro presente, sin ir más allá de la información que viene a transmitirnos en el momento…” Y ¡hasta aquí os voy a leer!
Pero, nadie nos educa para saber llevar a cabo de manera correcta, o mejor dicho, “asertiva”, dicho proceso.
Por eso, que el trabajador: conozca que son parte de nuestro ser, aprenda a convivir con ellas, e identifique lo que le pasa para evitar que dichas emociones los secuestren, se marcará la diferencia entre situarlas a favor de su trabajo, o en contra. Pues tener consciencia de ello, es una Labor en Gestión de Personas que permitirá darles la Inteligencia de emplear el “giro de perspectiva” que se requiere para hacer de lo ocurrido en su desempeño, una herramienta de crecimiento, y no su propio obstáculo.
Genial!
Muchas gracias Guillermo.