El Falso Mito de la Motivación

Vivimos en una sociedad que nos ha hecho sentirnos culpables por no sentirnos motivados. Eres un vago si cuando suena el despertador a las 6 a.m. no saltas de la cama con una sonrisa de oreja a oreja, te pones a bailar y comienzas con la máxima motivación tu día.

Lo que nadie nos cuenta es que esto no es lo normal, que incluso las personas más influyentes del planeta les cuesta hacer determinadas cosas en muchos momentos de su vida. Los estoicos son un buen ejemplo de ello y disertaban bastante sobre la falsa motivación.  Marco Aurelio reconocía su pereza ocasional para levantarse de la cama, “acaso fui creado para calentar las sábanas” decía para motivarse.

La resistencia a la motivación tiene una explicación biológica. Nuestro cerebro es muy cómodo y percibe cualquier cambio como una amenaza, por eso intenta mantenernos en territorio seguro, aquello que le resulta conocido y trillado una y otra vez, la famosa zona de confort.

Entonces, ¿cómo lo consiguen ellos? Las personas que parece que tienen una facilidad innata y una motivación sobrenatural, para conseguir lo que se proponen, no confían en su motivación, sino que la crean y la entrenan. No es algo que te cae del cielo, salvo cuando coincide que aquello que quieres hacer es tu pasión. Esto sucede solo en contadas ocasiones, para el resto de cosas que quieres conseguir o que quieres incorporar en tu vida, la motivación tiene un camino inverso, surge a través de la acción y de la estrategia mental que la precede.

Mucho más pragmático y eficiente es plantearte una intención, tener claridad mental en los objetivos que quieres conseguir. La intención será tu estrella polar, lo que realmente te dé el empujón para ponerte en marcha. La orden explícita para que tu cerebro busque y, finalmente, ejecute. Aquello que te permitirá focalizarte dentro del océano de actividades diarias.

Una vez consigas esa luz, deberás acompañarlo con una buena planificación para lograr aquello que te propones. Una serie de acciones que deberás automatizar, para que tu cerebro, el comodón, no te devuelva a la senda fácil y te haga desviarte del camino correcto. A través de la repetición, lo natural es que cada vez lo hagas mejor y ese avance, o el simple hecho de hacer aquello que deseas, será tu recompensa, tu premio. Esto generará dopamina, voilà, la hormona, no solo de la felicidad, sino que es el transmisor que regula la motivación.

No te quedes a la espera de la motivación para ponerte en marcha, sal a su encuentro, ella llegará.

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Acerca de Begoña Prieto

Especialista en Estrés y Ansiedad (UCM) y mentora de coherencia cardiaca por el HeartMath Institute, ayudo a empresarios y personas de alto rendimiento a liberarse del estrés y la ansiedad, consiguiendo un estado óptimo de funcionamiento, en el que corazón, cerebro y emociones trabajan de una manera sincronizada, para lograr claridad mental, tranquilidad emocional y bienestar físico. Mi obsesión por ayudar de manera eficaz a las personas a sentirse bien me ha llevado a tener una formación multidisciplinar de la mano de los mejores de cada campo en USA, UK y España.

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