Buscar trabajo es una tarea ardua y frustrante, sobre todo cuando llevas mucho tiempo haciéndolo. En muchos casos no depende directamente de ti, más bien es cuestión de tener suerte al estar en el momento y sitio adecuados o de toparte con alguien capaz de ver y valorar tu talento para tomar la decisión de contratarte. Sin embargo, en otras ocasiones, sí podemos hacer que dependa de nosotros de cierta manera. En mi opinión, lograr que te contraten es una mezcla de ambos factores. Por un lado, creo que se trata de tener suerte, pero por otro, será también fruto de tu trabajo, determinación y constancia.
No obstante, ¿nos vale con cualquier trabajo? Evidentemente, la respuesta a esta pregunta dependerá de la situación personal de cada uno, ya que la desesperación a veces puede hacer que cojamos la primera opción que se nos presente. Sin embargo, cuando nuestra situación personal nos permite poder elegir, debemos tener un plan que nos lleve a conseguir la mejor opción. Y… ¿Cómo hacemos este plan? Aquí te dejamos algunas ideas.
Empieza analizando tu entorno cercano (haz una lista, cuanto más completa, mejor):
¿Qué tal se te dan las entrevistas? Enumera los puntos a favor y en contra. Por ejemplo:
– He superado más entrevistas realizadas directamente por la empresa final que cuando interviene una empresa consultora que se encarga del proceso.
– Pienso que en los escasos 45 minutos que puede durar una entrevista, es imposible que se lleven una impresión acertada y completa de mí. Necesitaría más tiempo para que me valoren bien o tener la oportunidad de poder demostrar de forma detallada lo que puedo aportar a la empresa.
¿Cuál es tu perfil? ¿Qué ventajas e inconvenientes ves en él? Sé sincero contigo mismo (sobre todo con la parte negativa), por ejemplo:
– Soy un profesional con 8 años de experiencia en un sector muy concreto, no he tenido la oportunidad de explorar otros sectores, y tengo un perfil multidisciplinar válido para diversas áreas funcionales.
– He trabajado en varias empresas importantes del sector, que puede ser percibido como una persona que se adapta a los cambios, luchadora y con varios puntos de vista diferentes al haber trabajado en diferentes empresas y con acceso a distintas perspectivas. Pero a la vez puede verse como un perfil demasiado inestable y cambiante.
¿Cuáles son tus valores? ¿Cuál sería tu trabajo ideal según tu personalidad? Por ejemplo:
– Soy optimista, honesto, humilde y buena persona. Me encanta la planificación, gestión y organización de las tareas y del equipo a mi cargo. Procuro generar un buen ambiente de trabajo con relaciones basadas en la confianza y el respeto.
– Busco empresas que estén orientadas hacia la excelencia, la mejora continua y el cliente (tanto externo como interno). Debe prevalecer un ambiente sano donde prime el trabajo en equipo, la comunicación, colaboración entre los distintos departamentos y transparencia.
Seguimos con las metas, es decir, qué quieres conseguir y cuándo.
Tus objetivos tienen que estar acotados en el tiempo. Digamos que deseas conseguirlos en algún momento de 2019:
– Busco un puesto de trabajo estable como Manager o Directivo. Me es indiferente el sector o el área funcional.
– Me gustaría formar parte de una empresa que sea como yo para poder ser feliz. El resto de aspectos como el sueldo, por ejemplo, quedan en un segundo plano.
Define tu público objetivo. ¿A quién te tienes que dirigir para conseguir tus objetivos?
No te olvides de tener en cuenta el análisis realizado previamente, por ejemplo:
– Personas influyentes del mundo empresarial (podrían ser usuarios de LinkedIn con seguidores de calidad, es decir, no hay que fijarse tanto en el número de seguidores sino más bien en si esos seguidores tienen unos valores similares a los tuyos o si mantienen una actitud cordial con comentarios que aportan y saber estar).
– Directores generales y directores de capital humano de empresas finales (nos olvidamos de los intermediarios ya que no has tenido buenas experiencias con empresas consultoras o de selección de personal).
Describe la estrategia. ¿Qué camino vas a seguir para conseguir lo que te propones?
Nuevamente, nos fijamos en el análisis que sirve de base. Por ejemplo:
Quiero darle la vuelta a la tornilla, es decir, en lugar de ser yo el que se inscriba en una oferta aparentemente interesante según mis preferencias, quiero que sean las empresas las que se sientan atraídas por mí incluso antes de hacer una entrevista.
Y para eso, tengo que hacerme valer aportando algo diferente y hacerme visible para que mi público objetivo pueda conocerme tal y como soy.
Especifica las acciones. ¿Qué pasos darás para conectar con tu público objetivo?
Elige acciones que estén a tu alcance según tus habilidades, por ejemplo:
– Voy a contar historias personales relacionadas con experiencias vividas a nivel profesional, así haré visibles mis valores y forma de ser. Abriré un blog (o escribiré en el blog de otros) donde publicaré un artículo al mes con un tono constructivo y escribiré también un artículo al mes en LinkedIn donde utilizaré un tono que invite a la reflexión.
– Usaré LinkedIn como herramienta de conexión con mi público objetivo, solicitando su amistad o haciéndome su seguidor, publicando mis propios artículos u otros con los que me sienta identificado (noticias del sector, productos o servicios novedosos…), publicando al menos un relato corto a la semana, haciendo comentarios que muestren mi experiencia en un tema concreto, pidiendo comentarios… En definitiva, interactuando a diario y fomentando un espíritu de colaboración.
– Realizaré planes de negocio/ marketing/ ventas/ RRHH/ (el área que domines) para que vean mi potencial y valoren mi predisposición tras enviarlo de manera espontánea al menos a 6 directivos de las empresas que me parezcan más afines (previamente conectados a través de LinkedIn).
– Asistiré al menos a 6 eventos para tener acceso a los directivos con los que deseo relacionarme y contar con la oportunidad de interactuar con ellos de manera más directa y personal.
Y, por último, ¡medición! Debes hacer seguimiento y verificar si lo has conseguido.
Este paso también es importante para ir corrigiendo desviaciones sobre la marcha y saber si finalmente el plan te ha servido para conseguir el trabajo de tus sueños. Por ejemplo:
– Veo que no consigo un gran número de visualizaciones de mis artículos en LinkedIn, pero las publicaciones cortas sí tienen mucha más audiencia. Quizá debería dar más protagonismo a los relatos cortos o cambiar el tono de las historias.
– He detectado que los planes estratégicos que envío espontáneamente a las empresas me quitan mucho tiempo y no tienen la repercusión que esperaba. Quizá podría probar a mandar un resumen ejecutivo en su lugar.
No obstante, recuerda que el camino es largo, por lo que necesitarás renovar el plan cada año, con una nueva estrategia o nuevas acciones que te permitan seguir conectando con tu público objetivo y continuar enganchando a tu audiencia.
Y asegúrate de andar el camino llevando una mochila llena de disciplina, resiliencia y confianza en ti mismo porque son ingredientes indispensables para conseguir los objetivos marcados.
¿Qué te parece? ¿Crees que puedes crear tu propio plan para encontrar el trabajo ideal?