Estás en paro, buscas trabajo, pero no lo encuentras. De momento tienes prestación y no te preocupas, pero empiezas a pensar que en algún momento se acabará. Se te pasan por la cabeza grandes ideas por si eso ocurre, ¿y si monto un negocio?, ¿y si invierto en un inmueble para alquilarlo?, ¿y si me hago mi propio jefe? Bueno, a lo mejor no son tan grandes algunas de esas ideas, pero empiezas a pensar que lo mismo te viene bien gestionar tu tiempo y dinero y hacerte autónomo. Siempre conoces a alguien que le va genial así. Aunque también hay a otros que conoces que curran como mulas y, sin irles mal, tampoco es que vivan en la abundancia. Y sí, también conocemos a alguien que se arruinó…
Hablándolo con algunos de ellos te queda clara una cosa, es una gran opción… siempre que cobres en negro. En el momento en que seas legal (como debe ser, no me entendáis mal) te fríen a impuestos. Además, no tienes vacaciones ni días libres (no si quieres sacar un sueldo digno) y, suponiendo que te guste tu trabajo, y hagas horas sin problema, no te pongas malo, las bajas son para asalariados.
Conozco autónomos que hay meses que pagan el 65% de lo que ganan en impuestos, 65. Y no, no tienen un sueldo de 10000 euros al mes… es abusivo.
En mi caso, que puedo escribir textos o realizar trabajos de diseño gráfico sería ideal, pero no tengo una cartera de clientes con los que haya trabajado en el pasado, ya que en mi anterior empresa mi trabajo era interno. Así que encontrar gente que me pida encargos para vivir de ellos, es algo así como poner una serie al azar entre el catálogo de Netflix y que la elección sea buena. Imposible.
Sin embargo, no se te quita la idea de la cabeza; trabajo en casa, a tu ritmo, con tus horarios, sin jefes, sin las presiones diarias, sin reuniones innecesarias, sin compañeros plastas que te hablan de lo guay que se lo han pasado el fin de semana, sin charlas “tipo ascensor de vecinos” por los pasillos de una oficina…
No es mi intención meterme con el trabajo de oficina, he estado muy a gusto durante casi un cuarto de siglo, y no me fui de la empresa por gusto, que quede claro. Sin embargo, ahora que tengo más tiempo libre y horarios menos ajustados, te das cuenta del tiempo que se pierde a veces en tonterías, algo que también noté en la temporada que tuve teletrabajo, dicho sea de paso. Aunque, por contra, se pierda el calor humano y ver a esos compañeros no plastas, aunque también te cuenten lo bien que se lo han pasado el fin de semana.
Ahora que lo pienso, lo peor de una oficina (aparte de interminables reuniones de prácticamente nula repercusión en tu trabajo) es la jerga. En general, en nuestro país, pienso que nos estamos cargando el lenguaje, pero en las oficinas hay una forma particular de expresarse. No sé si es para parecer más profesional o moderno, con un uso exagerado de palabras en inglés, cuando existen términos en español que sirven perfectamente para definir las cosas como son sin necesidad de tantos extranjerismos. Pero no, no te pueden dar una información o instrucciones, o normas, o reglas, te tienen que dar un jodido briefing. Y hay que consolidar o medir el engagement, no sé qué le pasa a la palabra compromiso con lo bonita qué es, y más clara. El coworking, el branding, el timing, el target… todo tiene traducción fácil y lógica en español. Una que odio con toda mi alma es community manager, pero vamos a ver ¿tú no eres el responsable de las RRSS? Pues eso.
Supongo que habrá algún caso en que la traducción es compleja o inexistente (mira que me extraña), vale, si se da el caso pues se inventa una palabra española (para eso está la RAE), pero usar el original es cargarse el idioma. Es cierto que no solo ocurre en la oficina, en nuestra vida diaria ya hablamos también de email, online, link, steaming… e incluso de otros términos de otros ámbitos, como runner en vez de corredor, por ejemplo.
También me hace gracia cuando se retuerce el sentido de las palabras, eso de ecosistema agradable en la oficina. Creo que se refiere a que la gente esté a gusto en el espacio de trabajo. O más gracioso todavía, antes te decían que curraras mucho, que hicieras de todo y, sobre todo, que fueses rápido. Ahora no te dicen eso, ¿se puede currar mal y lento?, no, pero te dicen que estés orientado a objetivos y que tengas un perfil transversal, que, en definitiva, quiere decir que curres mucho, que hagas de todo y, sobre todo, que seas rápido.
Vaya, creo que he ido cambiando de tema sin querer, prometo seguir hablando de esto y la destrucción de la lengua española en otro blog.
De momento, pensando en todo ello, es cuando vuelvo a plantearme que la tentación de arruinarme como autónomo mientras me mato a currar, no está descartada del todo.