El Día que Entendí a Yoda

“Querer es poder”, me decían de pequeño tanto en casa como en el colegio. Es verdad que a día de hoy la frase está tan manida que parece sacada del interior de una galletita china de cualquier serie de televisión americana de los años 80. Sin embargo, es un dicho muy cierto, aunque en este blog haré referencia a otra frase distinta, pero bastante parecida en el fondo (así dejo en paz la primera y no soy culpable de trillarla todavía más). La segunda opción que he elegido pertenece a la película “La guerra de las galaxias” y la pronuncia el mentor Yoda a su discípulo Luke; “hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes”.

La enseñanza del venerable maestro

De niño, cuando vi la película de estreno en el cine (sí, ya tengo una edad), siempre pensé que Yoda era un poco cabrón. Si el pobre Luke no consigue lo que sea, pero no ha dejado de esforzarse en ningún momento, pues no creo que se le pueda reprochar nada. Pero el anciano fascistoide de color verde no estaba de acuerdo. Yo discurría: y si un equipo de fútbol llega a una final y pierde, ¿es que no debería haberla jugado?, que los pobres jugadores no tengan un entrenador como Yoda o lo llevan claro… y si ha perdido por un penalti injusto en contra después de dar tres tiros al palo a favor, ¿la culpa también es del Luke de turno?

Según fui creciendo y reviendo la película me di cuenta de que el maestro se refería precisamente a que debes tener la convicción necesaria y poner todo tu esfuerzo para no fracasar en tu intento, y no a que no debes intentar algo si no tienes la certeza absoluta de que te saldrá bien.

Si pones todo tu empeño en algo y no lo logras, podrás estar igual de orgulloso que si el resultado es satisfactorio, pero nunca lo estarás si no te has esforzado de verdad y, entonces, a lo mejor, hasta te mereces el resultado negativo. ¿Por qué me viene a la mente esta frase ahora? Mira que podría ponerme transcendental y hablar de la superación personal, de perseguir nuestros sueños o de algo con cierta enjundia, pues no, la recordé por una respuesta de un conocido, que a mi enésima propuesta de quedar un día para tomar algo, me respondió que lo intentaría.

Efecto recuerdo

Es algo que nos ha pasado a todos, te cruzas con alguien por la calle, le saludas, me alegro de verte y tal, como está la familia… bla, bla… y siempre se termina con un “pues nos vemos y nos tomamos algo” o, el todavía peor, “ya te llamo un día”. Y los dos sabéis que ni llamada ni gaitas, de hecho, lo mismo el próximo día que pases por ese lugar intentas no hacerlo a la misma hora y por la misma acera. Yo llamo a esto “efecto recuerdo”, porque recuerdas que en algún momento de tu vida te fue bien quedar con esa persona, pero ahora no es más que eso, un recuerdo, y cuando vuelves a la realidad dices, ostras, que quede otro con él. También me pasa con las redes sociales, hace años Facebook era famosa porque encontrabas a toda esa magnífica gente que hacía años que no veías o, incluso, habías perdido el contacto… y una vez encontrada comprendías por qué demonios había pasado, y es porque realmente no las querías en tu vida, si lo hubieras deseado de verdad las hubieras encontrado o, directamente, no hubieras perdido el contacto. Al cabo de un par de meses del reencuentro vuelves a no hablar con ellos, cómo debe ser, ¡maldito Facebook!

Buena voluntad, pero pensamiento equivocado

Desde mi salida de la empresa donde trabajaba, y teniendo ahora mucho más tiempo libre que antes, una de las cosas que más he echado de menos es el trato diario con tanta gente a la que veía todos los días. Algunos, solo compañeros de trabajo, pero otros ya los considero amigos. He visto a varios de ellos y espero seguir haciéndolo, aunque sé que no puede ser con la frecuencia de antaño. Soy consciente de la imposibilidad de que ellos siempre tengan un tiempo reservado para quedar, cada uno tiene su vida (y yo, repito, ahora mismo tengo más tiempo libre que cualquiera de ellos).

Sin embargo, hay gente que en principio parece muy dispuesta y caes en la trampa, y tú, con tu buena voluntad, intentas quedar hasta que te das cuenta de que realmente te están dando largas o esquivando. Cuando alguien, que en teoría tiene muchas ganas de verte, no puede durante tres meses ninguno de los días propuestos, pero curiosamente sí está para otros menesteres cuando hay otra gente, es que directamente no quiere quedar contigo, no es que no pueda, blanco y en botella. Que no pasa nada, lo entiendo, pero no me engañes, no me digas que lo vas a intentar, dime que no y punto. Con poner una excusa a largo plazo (tengo que sacar al perro, o las plantas se mueren si no las riego) pues ya no tienes que inventar excusas cada día (más eficaz todavía si sé que no tienes perro o plantas). Si yo tengo más amigos, de hecho, tengo la suerte de tener amigos de verdad y no solo de “guasaps y cervezas”.

De hecho, soy consciente de que el culpable soy yo, nunca debí insistir porque esto no es más que otro “efecto recuerdo”, pero en la realidad y no en redes sociales. Aún así, de todo se aprende, incluso del viejo maestro Jedi que al final no era fascista, sino un sabio, y hago mía la frase para quien se dé por aludido: “hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes”.

Por cierto, me la aplico a mí mismo, yo también puedo tener plantas y perros si hace falta…

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Acerca de Javier Miranda

Javier J. Miranda (Madrid, 1972) trabajó durante más de 20 años como creador de contenidos en Nintendo. Se define como un contador de historias en el formato que sea, lo que le ha llevado a escribir libros, dirigir una película y crear un videojuego. Dicen que le queda entrar en el mundo del comic, pero él asegura que, antes de realizar una novela gráfica, debe terminar la trilogía sobre el pueblo maldito, Vidal de la fuente, en la que está enfrascado.

4 comentarios

  1. Sin querer enmendar la plana al autor, «hazlo o no lo hagas» Yoda lo dice en la película «El Imperio Contraataca».

    Quisiera, antes que nada, dejar aquí un pensamiento que forma parte de mi creo desde hace ya muchos años: no hay verdades absolutas. A no ser que dicho pensamiento sea una verdad absoluta en si misma, con lo cual entraríamos en el campo de la paradoja. Tampoco debe confundirse con «todo es mentira», ya que también sería algo paradójico. Pero esto es otra historia.

    Querer es poder. Parecer que estamos muy seguros de ello. A priori sí parece que es algo irrefutable. Pero ¿saber las capacidades e intenciones de cada uno no es verdad también? ¿Hasta qué punto lo quiero? Pondré aquí dos ejemplos. Primero, supongamos que yo, a mis años, tengo la absoluta certeza de querer ser astrofísico. ¿Tengo ya la capacidad para serlo? Seguro que Juanfran, ejemplo dos, quería con toda su alma meter aquel penalti. Pero por mucho que quisiera ¿estaba capacitado para hacerlo? ¿O es que había un motivo, distinto o complementario, por el cual quería meter ese gol? No hay peor cuña que la de la propia madera, y el infierno está lleno de buenas intenciones y voluntades.

    Sobre el efecto reflejo y «hace mucho que no te veo». En fin, «por algo será», y no queda otra que aceptarlo. A todos nos ha pasado algo similar a lo largo de nuestra vida. En mi caso, alguna amiga. ¿Será porque tengo pareja?

    Y sobre la frase argumental sobre la cual gira este pensamiento del autor, permítaseme hacer una añadido. Que no un matiz. «No puedo creeerlo». «Ya. Por eso has fallado», replica Yoda. Porque seguro que Luke estaba deseoso de extraer su caza de la ciénaga. El fracaso, o el no-éxito, en sí no tiene por qué ser algo negativo, si bien el «lo he intentado», es nuestra excusa o justificación favorita cuando no obtenemos lo que deseamos., y no tomándolo como una posibilidad cuando queremos obtener un resultado que nos favorezca, y extraer de él la lección positiva que influya en nuestro desarrollo. Personalmente pienso que todos tenemos el derecho y el deber de cometer errores y fracasar. No se puede acertar siempre, y menos a la primera. Del fracaso pretérito proviene el éxito venidero, lo que añade valor al producto, y el producto somos nosotros. Aprender a relativizar tanto el fracaso como el éxito, es algo que debería enseñarse en los colegios y en los institutos por psicólogos, pedagogos o por el personal que sea adecuado para ello.

    No obstante, todo lo anterior es tan sólo una opinión.

    Que la fuerza os acompañe.

    • Hola, Rufus, gracias por leerme y entretenerte en escribir. Sí, lo dice en la segunda parte de la primera trilogía rodada, más que nada porque es en la primera que sale el «fasticoide verde». Me refería a la saga Star Wars en general, aunque es cierto que escribí película. Un pequeño error.
      En cuanto a tu párrafo final, estoy de acuerdo, por supuesto que tenemos que fallar o perder en esta vida, estaría bueno, ni siquiera el Real Madrid gana siempre. Pero lo que quiero recalcar es que en todo momento, aunque no podamos ganar, hay que esforzarse y dar lo máximo. No vale no estudiar y luego decir «si de todas maneras me iban a suspender».
      Y sobre el segundo párrafo, es precisamente eso de lo que hablo, «¿hasta qué punto lo quiero?» dices en una frase… pues a eso me refiero, tienes que quererlo de verdad. Si no, no lo intentes. Por supuesto que puedes ser astrofísico con tu edad, y con 60 y 70… siempre que tuvieras la capacidad de serlo con 20. Efectivamente Messi o Sergio Ramos no creo que pudiesen lograrlo, ni con 20, ni con 30, ni en 4 vidas, igual que tú seguramente no podías llegar a su nivel futbolístico ni antes, ni ahora. Sí, siempre hace falta una capacidad para hacer las cosas, pero quitando esos casos extremos, lo que hace falta es determinación, convencimiento, esfuerzo y no vale no esforzarte, no luchar y decir que lo has intentado. De hecho, sin llegar a su nivel, seguro que podrías haber llegado a ser jugador profesional, mira a Eric García… 😉
      En referencia a Juanfran, bueno, mandar un balón al palo en un momento de máxima tensión, puede llevarnos, incluso, a los dominios de la suerte, por mucha convicción que tuviese el hombre. En casos así, creo que el valor de la acción es tirar el penalti, no meterlo. Dicho de otro modo, él no intento tirar el penalti, lo tiró… el resultado es secundario.
      Gracias de nuevo por tus opiniones y molestarte en escribirlas. Un saludo.

  2. ANGELICA VELEZ RODRÍGUEZ

    Magistral!!! me encanta, me declaro tu fan número uno!!!

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