Una vez más llegamos al final de otro año. Y como todos lo años hacemos recuento de lo vivido, de los objetivos alcanzados y desechados, comparamos la realidad con las expectativas que teníamos al iniciar éste ciclo y puede que nos sorprenda o que nos deprima.
Luego hacemos los propósitos para el año nuevo, las cosas que esta vez no vamos a dejar de hacer » por nada del mundo» los objetivos profesionales y personales que como la espuma del champán suben y se multiplican.
Es un ritual inevitable y necesario que tiene que ver con nuestra pulsión vital, nuestra necesidad de encontrar motivos para relatar nuestra existencia.
Sin embargo, debemos estar atentos, puesto que un exceso de expectativas nos puede llevar a la famosa «parálisis por análisis» que no es más que la inacción producida por la autoexigencia.
Ponernos metas que en la realidad resultan inalcanzables ya sea por no tener los medios o los conocimientos adecuados, o el tiempo, o la motivación.
Hace poco aprendí que no es lo mismo ponerse metas que objetivos y que las expectativas es mejor guardarlas y dejarse sorprender. La verdad es que a veces no resulta tan mal.
Hoy en día, parece que estamos en una carrera constante para ser más productivas/os y nos olvidamos de que lo más importante es mantener un equilibrio psicológico y emocional. Lo que sea llegará… aunque suena a frase mística de autoayuda.
Os pongo un ejemplo. Recientemente acabo de estrenar mi último proyecto como Directora/actriz/productora. Una idea que empezó a gestarse en Junio.
En Junio dije que estrenaba en diciembre, aunque no tenía ni sala, ni dinero. Vino verano y su bajón de ritmo. Vino septiembre y otro proyecto requirió mi total atención, vino octubre y me fui a Argentina, vino noviembre y empezamos a ensayar con más ritmo… y nos ofrecieron sala de estreno. Contábamos con un mes para el montaje. Trabajamos duro, todos los días y lo sacamos, hemos estrenado!
Y después de la vorágine en mi cabeza hay una voz que me dice «te dije que estrenaríamos en diciembre»
Ha sido increíble.
Lo que quiero decir con esto es que todo puede ser tan incierto en un momento y tan real al otro, que resulta una tontería enfrascarse en cumplir las expectativas que no están bajo nuestro control. Todo puede salir la mar de bien y también terriblemente.
Pero lo que sí es importante es ir tras nuestros objetivos: ocuparnos, accionar, creer, buscar e intentarlo las veces que sean necesarias.
Por cierto, la obra habla un poco de esto. Desde el humor negro y la ironía, satiriza las vidas cíclicas y disfuncionales de una familia elitista e intelectual. Incapaces de salir del bucle que repiten año tras año durante tres cumpleaños de una de las hermanas.
Pero ojo, que la ficción y la realidad están más cerca de lo que parece y puede que termines riéndote de ti mismo! ( al menos es lo que ha dicho el público que ya la ha visto)
Y reírnos de nosotros mismos de vez en cuando, tampoco está tan mal.
Para terminar os deseo un buen año 2020 para disfrutar, crecer, aprender, crear y vivir grandes experiencias.
Y si os animáis, veniros a ver la obra que está muy chula y me haría mucha ilusión. Además es un regalo excelente!
Os dejo coordenadas:
VILLADOLOROSA o tres cumpleaños fracasados
En los Teatros Luchana todos los viernes a las 22h hasta el 31 de enero y función especial el domingo 5 de enero a las 19.15h
Las entradas en atrápalo
https://www.atrapalo.com/entradas/villadolorosa-o-tres-cumpleanos-fracasados_e4840712/
Y si después nos dejas un comentario, sería fantástico!!!
Muchas gracias!
A por el 2020!!!