Sea cual sea la actividad de la empresa y el producto que comercialice, ya sea un bien tangible o un servicio, un negocio B2B o B2C, la influencia que tiene un buen argumentario para conseguir el cierre de la venta es más que notable. Por eso, este documento interno es un elemento estratégico muy valioso para el área comercial.
Para crearlo, asegúrate de contemplar los siguientes puntos:
1- Debe ser coherente con la estrategia y el posicionamiento de la empresa:
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¿Qué es lo que más importante del producto? ¿El precio? ¿La rapidez en la entrega? ¿Su gran calidad? ¿El trato personalizado? ¿El hecho de que está fabricado en España? ¿El modelo de negocio en su conjunto? Es necesario puntuar cada una de las cualidades del producto y finalmente destacar en tu discurso aquellas por las que quieres que te recuerden. Plasmarlo en el argumentario con un gráfico te será de gran ayuda porque es más visual y favorece su entendimiento.
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Debes dirigirte a tu público objetivo. Si finalmente la cualidad a destacar es la calidad del producto, por ejemplo, será una pérdida de tiempo argumentarlo a compradores que sólo busquen el precio más barato. Por lo tanto, la segmentación previa de los clientes potenciales te ayudará a que el trabajo de captación sea más efectivo.
2- Define la propuesta de valor. A menudo tendemos a indicar en el argumentario únicamente las características y cualidades físicas del producto, olvidando mencionar otros aspectos importantes. La propuesta de valor tiene en cuenta mucho más que el producto per se, ya que reúne todos los aspectos añadidos que son tangibles e intangibles que puedes destacar como una ventaja del producto. Por ejemplo, servicios incluidos en la compra del producto, las garantías, seguros postventa, los años de experiencia del equipo humano, la marca de prestigio, una muestra de otro producto complementario, la reputación de la empresa, intermediarios de confianza con los que trabajas y que avalan tu buen hacer, el año de constitución de la compañía (ya que lleva operativa desde 1957), etc. Son aspectos que, unidos a las características del propio producto, conviene indicar para mejorar la confianza del posible comprador.
3- Menciona claramente los beneficios que va a conseguir el cliente si compra el producto. Por ejemplo, en empresas B2B, esto pasa por exponer también cómo nuestro producto le va a ayudar a ser más competitivo, cómo va a ser diferente a su competencia, en qué porcentaje nuestro producto hará que aumenten sus ventas… Hablar en estos términos hará que el discurso sea ganador.
4- Define las fases de prospección y su argumentación:
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Qué argumentar en la primera toma de contacto y qué argumentar en la segunda (el discurso tiene que ser diferente). Aquí es especialmente importante entender el precio como un dato relevante para tomar la decisión de compra. Se suele aconsejar dejar el precio para el final de la conversación con el posible cliente (a menos que tu posicionamiento sea claramente el LOW COST y, por tanto, el precio será tu principal arma de combate), pero, dependiendo de la persona que tengas delante, a veces es necesario resolver cuanto antes la tensión del precio o dar al menos un presupuesto aproximado. Las Escuelas de Negocio, por poner un ejemplo, tienen el precio de sus Grados o Postgrados a golpe de clic en sus páginas web. Es una forma cómoda, sencilla y transparente de resolver lo antes posible la duda del coste del programa.
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Qué hacer para cerrar la venta. Dependiendo del sector y actividad, un pack de bienvenida, ir acompañado del Product Manager para generar mayor confianza, un descuento por pronto pago o un rappel a final de año, son técnicas que pueden funcionar como aliciente para el cierre de la venta.
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Qué decir en las diferentes situaciones de posible contacto con el cliente. Por ejemplo, en una feria o evento, por teléfono, por email (en determinados casos, el uso de plantillas puede ayudarte a ganar tiempo en la gestión). Y también es importante definir el lenguaje que debemos utilizar y el tono.