Estos días, al ampliar mi red de contactos en Linkedin tras mi despido, me he encontrado con varias personas que, desgraciadamente, ya no están entre nosotros.
En el momento actual podríamos decir que las horas han perdido su reloj, una forma de expresar que el sentido común ha empezado a desaparecer, que la brújula ha perdido el norte y puede ser muy difícil volver a colocar estos casi inmutables principios en su posición correcta.